Descripción
Una aspiración lógica y legítima de todos los hombres y mujeres del mundo es la de conseguir un trabajo productivo en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad. En el plano universal, dicha pretensión fue asumida como objetivo en 2005 por la Organización Internacional del Trabajo bajo la denominación de trabajo decente. En consecuencia, crear mayores oportunidades para las mujeres y los hombres, con objeto de que dispongan de unos ingresos y de un empleo decentes se configura como meta a alcanzar a nivel mundial. En efecto, de forma significativa y relevante, en la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas, que tuvo lugar en 2005 en Ginebra, los Jefes de Estado y de Gobierno declararon su firme apoyo a una globalización justa y resolvieron fijar como un objetivo fundamental de sus respectivas políticas nacionales e internacionales, así como de sus estrategias nacionales de desarrollo, la de reducción de la pobreza, el objetivo del empleo pleno y productivo y del trabajo decente para todos, en particular para las mujeres y los jóvenes.