BITÁCORA MÉDICA DEL DOCTOR FALCÓN

La medicina y la farmacia en el siglo XIX

Materia:
Salud
ISBN:
968-856-795-7
EAN:
9688567957
Tamaño:
Páginas:
621
Publicación:
P.V.P.:
36.00 €
P.V.P. sin iva:
34.62 €

La presente investigación fue realizada con el ciudadano y la dedicación que requieren los textos científicos del siglo XIX. La Bitácora médica del doctor Falcón es un texto escrito entre la primera y la segunda mitad del siglo antepasado. En ella se acotaron minuciosamente los tratamientos, recetas, remedios, hierbas y fórmulas que se utilizaron tanto en la medicina como en la farmacopea del controvertido México decimonónico. Su autor, un médico presumiblemente capitalino, fue un hombre científico, un profesional de la ciencia galénica que cuidó de llevar un registro de los pacientes, los tratamientos y las fórmulas químicas que se manejaron para la cura de las enfermedades.
En este libro encontraremos que muchos de los principios que regían a los hijos de Hipócrates siguen aplicándose actualmente, pero bajo un proceso más contemporáneo de la fabricación de medicinas.
La transcripción de este libro resulta relevante no sólo para las ciencias químicas y las médicas, sino para retratarnos el devenir social de nuestro país.
He aquí en la literatura costumbrista y científica para que un lector lego en medicina pueda, en un momento dado, entretenerse con los remedios caseros o magistrales con que se cubran los mexicanos dolientes de aquel entonces. La transcripción , paleográfica y acotaciones que conlleva la investigación fueron realizadas por Francisco Durán, quien a su vez realizó, a manera introductoria, una breve reflexión sobre la historia de la medicina en nuestro país. Posteriormente realizó un rastreo, lo más cercano posible, de la vida del doctor Falcón. Y por último, una semblanza del doctor Pedro Pablo Rangel, quien heredara el texto. En los anexos se incluyeron los nombres de los personajes mencionados.
Quizá éste no sea en libro para leerse en una sola sesión, pero sí para deleitarse en revisarlo y retomarlo con el gusto de la curiosidad, para saber qué hacían nuestros ancestros para remediar los males que los aquejaban.